PEQUEÑOS POEMAS
1
Te necesito
Te necesito lejos
No acá
Allá
En un jardín de lana
2
Hoy es hoy
Un cadáver del fuego
A los pies del tiempo
Sabemos que la felicidad es imposible
Y que apenas accedemos
A los grumos de la dicha
Pequeños animales ahogados
La felicidad canta la sombra de los pozos
La felicidad es una sospecha
3
KINDERTOTENLIEDER
Un joven jardín amarillo
Donde la hierba crece
Sobre la tumba de los niños
( Oh si, las muertes prematuras
Cuando la lágrima se aloja en la sonrisa)
Rubia muerte
Mas joven aún
Que la joven hierba
La muerte es también una niña
4
Tras los cristales
Un niño corre
En la infame madrugada
Menos su nombre
Todo el jardín es noche
En tanto,
Flores negras como la leche
Anegan su yo en los cuervos
(... Una autopsia en la madrugada
Cuando revisamos las reventadas rosas
De la noche)
5
HOSPITAL 2
Enfermo de universo
Vives en la sala del mundo
Aguardando que algo
Sea por fin anunciado.
Pero la respuesta son las cosas:
El pan enmohecido
El cáliz envenenado,
La sonrisa forzada
Que labra la gangrena;
El amor o el pus
Que perdura en quirófanos de sombra:
La respiración artificial
Que los hombres practicamos a la Nada
6
En las ventanas muere ya la madrugada.
El alba tiene pelos.
¿Por qué buscarte?
Para que encontrarte
Donde estas cuando estas
7
No estoy contigo
No me aflijo
El frío es generoso
8
ELLA
Las cosas
Están cargadas como un arma
Aún perdura,
En la sabrosa madrugada
El clamor del precipicio.
La inmovilidad
Esa vida de la muerte
Perece fuera de mí
Pero el mal es sabio
Y con los olores de la noche
Infunden horror al movimiento.
Pero el mal es sabio
Pienso en tanta perfección gratuita,
Horriblemente cercana, manoseable;
Un viento que no mueve las hojas,
Las manos de un dios
Que solo hieren por herir
El cuerpo de una niña viva
Apenas ondulado
Como la sonrisa de los muertos
Originario de Buenos Aires, Argentina, Marcelo Bordese estuvo a punto de abrazar el sacerdocio en su juventud durante su estancia en el seminario. Marcado por la monstruosidad y la escatología la obra de Bordese es la fatalidad de la anatomía, la vida en el canto de la hiena.
Te necesito
Te necesito lejos
No acá
Allá
En un jardín de lana
2
Hoy es hoy
Un cadáver del fuego
A los pies del tiempo
Sabemos que la felicidad es imposible
Y que apenas accedemos
A los grumos de la dicha
Pequeños animales ahogados
La felicidad canta la sombra de los pozos
La felicidad es una sospecha
3
KINDERTOTENLIEDER
Un joven jardín amarillo
Donde la hierba crece
Sobre la tumba de los niños
( Oh si, las muertes prematuras
Cuando la lágrima se aloja en la sonrisa)
Rubia muerte
Mas joven aún
Que la joven hierba
La muerte es también una niña
4
Tras los cristales
Un niño corre
En la infame madrugada
Menos su nombre
Todo el jardín es noche
En tanto,
Flores negras como la leche
Anegan su yo en los cuervos
(... Una autopsia en la madrugada
Cuando revisamos las reventadas rosas
De la noche)
5
HOSPITAL 2
Enfermo de universo
Vives en la sala del mundo
Aguardando que algo
Sea por fin anunciado.
Pero la respuesta son las cosas:
El pan enmohecido
El cáliz envenenado,
La sonrisa forzada
Que labra la gangrena;
El amor o el pus
Que perdura en quirófanos de sombra:
La respiración artificial
Que los hombres practicamos a la Nada
6
En las ventanas muere ya la madrugada.
El alba tiene pelos.
¿Por qué buscarte?
Para que encontrarte
Donde estas cuando estas
7
No estoy contigo
No me aflijo
El frío es generoso
8
ELLA
Las cosas
Están cargadas como un arma
Aún perdura,
En la sabrosa madrugada
El clamor del precipicio.
La inmovilidad
Esa vida de la muerte
Perece fuera de mí
Pero el mal es sabio
Y con los olores de la noche
Infunden horror al movimiento.
Pero el mal es sabio
Pienso en tanta perfección gratuita,
Horriblemente cercana, manoseable;
Un viento que no mueve las hojas,
Las manos de un dios
Que solo hieren por herir
El cuerpo de una niña viva
Apenas ondulado
Como la sonrisa de los muertos
Originario de Buenos Aires, Argentina, Marcelo Bordese estuvo a punto de abrazar el sacerdocio en su juventud durante su estancia en el seminario. Marcado por la monstruosidad y la escatología la obra de Bordese es la fatalidad de la anatomía, la vida en el canto de la hiena.
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