jueves, 22 de enero de 2009

CUENTO DE TEJETEJE


CUENTO EROTICO

Ojalá yo fuese una persona concreta, percibiendo el tiempo según los manuales. Según los manuales comiera, según los manuales respirara. Pero soy en realidad una atracción para los insectos, las mujeres, la muerte, los hijos. Soy la medida que el diablo utiliza para colmar sus quimeras y la medida que dios usa para refutar la historia. La historia refuta los milagros, los milagros no figuran en los manuales. Milagros de tetas grandes revolcándose con los vecinos. Los manuales de esposa donde se esconde la cosquilla sexual que siente por un amigo. Los esposos que pasan la tarde con su puta preferida. El hijo que se masturba en su dormitorio. La hija que se pone la ducha caliente en la vagina. El sexo oral que hace el Inspector del Colegio a la profesora de Matemáticas. El perro que tiene erecciones cuando Andrés lo acaricia. El sentido sexual del crucifijo. El sacerdote que tiene erecciones en el confesionario. ¡ Todos bien cachondos! ¡ Asi se construye el mundo! ¡ Asi nacen nuevas esperanzas! Al carajo con las legalizaciones, todo marcha perfectamente bien. Hay que ser sacerdote para conocer el placer de la reprimida sexualidad. Hay que ser esposa para entender el placer de los cuernos bien puestos. Hay que hablar con el hijo para tener una idea del placer que le produce masturbarse con las fotografías de sus amigas. ¡Hay que ser esposo para conocer los deleites de las mas desinhibidas prostitutas! Hay que ser hija para entender el gozo de aparentar ser una santa y secretamente provocarse tres orgasmos seguidos con su magnífica ducha. Hay que ver al inspector con la polla bien erecta chupando el coño de la joven profesora. Hay que conocer la dicha de follar una vecina con un colgante de cristo en el cuello engastado de diamantes. Hay que ser perro para sentir ese rojo pene.

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